Mi papá decidió estacionarse extremadamente lejos del evento. Yo, por supuesto, renegando porque el frío me mataba. Me dolían los pies. He comenzado a bailar nuevamente y después de las decenas de abdominales que he tenido que hacer esta semana, mi cuerpo ha quedado destrozado. Seguía caminando y nisiquiera divisaba a lo lejos la maldita carpa. Estaba irritada, tal vez me había pasado algo malo ese día. No me acuerdo qué cosa. "Festival de Claro", leí camino a la carpa. Un toldo rojo envolvía miles de sillas y un escenario que con las justas se veía. Comenzé a escuchar notas en un teclado. Do, re, mi, se introdujeron a mis oídos. Por ahí uno que otro baboso que hablaba. "Adammo, debe ser", me dije a mí misma. El frío seguía consumiéndome y la carpa, sin comentarios. De pronto, una voz muy conocida hizo que mi cuerpo frenara en seco. Era Gianmi!! Me volví simplemente lo-ca. No sabía qué hacer. Si conseguir una tijera y cortar el toldo para poder atravesarlo, o pisar tierra y saber que no lo iba a poder ver en ese momento. Seguía paralizada. Ojos bien abiertos y sonrisa de oreja a oreja. Me acerqué y estiré todo lo que pude mi cuerpo para poder llegar a ver lo que nunca vi. No lo pude ver ni de lejos, sólo pude escucharlo. Grité con todas mis fuerzas su nombre e hice que todos los de mi alrededor volteen a verme. Le di verguenza a mi familia, pero no me importa. Es Gianmarco. Y sí, creo que estoy loca. Pero ese hombre tiene la capacidad de ponerme nerviosa. Y bueno, en la siguiente entrada hablaré acerca del famoso "Cirque du Soleil", lo cual debería ser el tema principal de mi noche, ¿no? Pero, ¿me creerían si por un momento pensé en quedarme a escuchar toda la prueba de sonido y regalar mi entrada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario