jueves, 16 de septiembre de 2010

No sé qué fue mejor.

Mi papá decidió estacionarse extremadamente lejos del evento. Yo, por supuesto, renegando porque el frío me mataba. Me dolían los pies. He comenzado a bailar nuevamente y después de las decenas de abdominales que he tenido que hacer esta semana, mi cuerpo ha quedado destrozado. Seguía caminando y nisiquiera divisaba a lo lejos la maldita carpa. Estaba irritada, tal vez me había pasado algo malo ese día. No me acuerdo qué cosa. "Festival de Claro", leí camino a la carpa. Un toldo rojo envolvía miles de sillas y un escenario que con las justas se veía. Comenzé a escuchar notas en un teclado. Do, re, mi, se introdujeron a mis oídos. Por ahí uno que otro baboso que hablaba. "Adammo, debe ser", me dije a mí misma. El frío seguía consumiéndome y la carpa, sin comentarios. De pronto, una voz muy conocida hizo que mi cuerpo frenara en seco. Era Gianmi!! Me volví simplemente lo-ca. No sabía qué hacer. Si conseguir una tijera y cortar el toldo para poder atravesarlo, o pisar tierra y saber que no lo iba a poder ver en ese momento. Seguía paralizada. Ojos bien abiertos y sonrisa de oreja a oreja. Me acerqué y estiré todo lo que pude mi cuerpo para poder llegar a ver lo que nunca vi. No lo pude ver ni de lejos, sólo pude escucharlo. Grité con todas mis fuerzas su nombre e hice que todos los de mi alrededor volteen a verme. Le di verguenza a mi familia, pero no me importa. Es Gianmarco. Y sí, creo que estoy loca. Pero ese hombre tiene la capacidad de ponerme nerviosa. Y bueno, en la siguiente entrada hablaré acerca del famoso "Cirque du Soleil", lo cual debería ser el tema principal de mi noche, ¿no? Pero, ¿me creerían si por un momento pensé en quedarme a escuchar toda la prueba de sonido y regalar mi entrada?

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