domingo, 26 de septiembre de 2010

Cachorro.



El pronto se convirtió en ahora. Y mis ganas fueron felizmente satisfechas. Se acuerdan de Gonzalo? Tal y como lo ven, estuvo en mis brazos durante todo el fin de semana. Típicos desayunos, almuerzos, lonches y comidas familires fueron medio por el cual una masa de desconocidos para él pudo conocerlo. Y así fue. Gonzalo rodeado de muchas personas que tal vez no recuerde cuando crezca. Tal vez piense que sigue por Espana. Tal vez nunca se acuerde de lo pequeno que fue cuando cruzó el mundo para llegar al país de su papá. Pero yo sí recordaré el grito en el cielo que pegué cuando lo vi en mi sala a las 8:00 a.m. antes de irme a la universidad. Es un muneco. Se parece a un cuy (y así le digo). Más atractivo que el Parque de las Leyendas. Es un ángel. Come, duerme y se ríe. Con las justas llora. Tenerlo en mis brazos ha sido una de las sensaciones más lindas que no sentía hace mucho. Tres semanitas más lo tendré cerca. Ojalá que me deje estudiar tranquila para mis parciales. Estoy muy feliz, pero no lo estuve cuando me enteré que su maleta no llegó.

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